![]() | |
"Mar", fotografía de Lídia Estany Estany lidiaestanyestany.blogspot.com |
“¿Es
necesario tener un padre y una madre?”
A nuestros ancestros se les pondrían los pelos de punta al ver que generaciones y generaciones posteriores, en ese futuro tan prometedor, sus descendientes cuestionarían temas tan obvios como la importancia de tener un padre y una madre.
¿Cómo se puede dudar de algo tan evidente?
¿Es que no somos conscientes de nuestra hijeidad?
A nuestros ancestros se les pondrían los pelos de punta al ver que generaciones y generaciones posteriores, en ese futuro tan prometedor, sus descendientes cuestionarían temas tan obvios como la importancia de tener un padre y una madre.
¿Cómo se puede dudar de algo tan evidente?
¿Es que no somos conscientes de nuestra hijeidad?
¿Es que no conocemos nuestra biografía desde la concepción? ¿Qué necesidades tuvimos en nuestra vida prenatal tanto respecto a nuestra madre, hacia nuestro padre, y hacia la sociedad? ¿Qué sentimientos congelamos, qué palabras hubiéramos querido poder expresar? ¿Es que no nos hemos planteado qué hemos aprendido de nuestro padre? ¿No sabemos qué hemos recibido de la parte paterna de nuestro árbol genealógico? ¿Qué hemos aprendido de nuestra madre? ¿Qué hemos recibido de la parte materna de nuestro árbol genealógico?
Y en la parte paterna también hay mujeres.
Y en la parte materna también hay hombres.
La unión de un hombre y una mujer es condición necesaria para la llegada de un hijo. No sólo porque representa un fractal mayor coherente con la unión física del espermatozoide y el óvulo, sino porque también está en armonía con la unión energética del óvulo y el espermatozoide.
Cada persona tiene que ver con su padre y con su madre, a partes iguales;