Seguro que ninguno de los expertos que atienden a las personas que dudan de su identidad sexual y rechazan su cuerpo les hacen estas preguntas (por órdenes, por ignorancia, por intereses económicos varios, por miedo, o por lo que sea), no vaya a ser que el candidato se lo pensara mejor...:
2- ¿Tuviste algún hermano mayor del otro sexo que muriera antes de nacer, en su nacimiento o en su temprana infancia?
3- ¿Sabes si eres un gemelo solitario y sobreviviste a la muerte de tu gemelo o mellizo del otro sexo antes de nacer, en tu nacimiento o en el primer año de vida postnatal?
Seguramente haya otros posibles desencadenantes sumados a éstos que también pudieran influir, como por ejemplo muertes tempranas repetitivas de un mismo sexo en el árbol genealógico que sustentarían una preferencia de sexo inconsciente a nivel transgeneracional hasta llegar a expresarse a través de los padres. Pero estas simples tres preguntas, sean respondidas afirmativamente o no, pueden por sí solas hacer reflexionar a la persona candidata para transgénero así como a sus padres.
Sólo formulando estas tres cuestiones se puede motivar a la investigación y el estudio sobre la influencia de la etapa prenatal y perinatal en el desarrollo del ser humano, favoreciendo el autoconocimiento y ayudando a las personas que dudan de su identidad sexual a darse cuenta que quizás el rechazo de su propio cuerpo no tiene nada de sano y natural como se les está asegurando por todos lados, sino que podría ser la prueba de haber sufrido un trauma muy severo a la propia identidad, vivido en soledad, sin recursos para afrontarlo y sin reconocimiento de nadie porque hubiera ocurrido en su etapa más vulnerable: su nacimiento, su gestación o ya en su concepción.
Ese posible shock temprano a su ser integral, a su identidad psicobiológica podría ser la herida original de su autorrechazo actual, seguramente recrudecido por otras circunstancias adversas. Se debería ayudar a estas personas a sanar su trauma temprano, a realinear y reunificar su identidad biológica con su psique, su cuerpo con su alma y a aceptar su físico y los cambios naturales del crecimiento sexual permitiendo la maduración psicológica.
Pero en vez de esto, la persona recibe un asesoramiento profesional que refuerza su conflicto, educación castradora y publicidad institucional a través de los medios de comunicación, programas televisivos, dibujos animados, series, películas, canciones, videojuegos donde se le repite con insistencia que efectivamente su problema es que ha “nacido en un cuerpo equivocado”. De manera que no va a poder sanar su trauma ya que va a hacer realidad sus deseos enfermizos de pretender ser alguien que no es. Con la ayuda de la tecnología, de la medicina y del dinero, porque encima la “solución” que le ofrecen los expertos son unos tratamientos muy costosos, basados en mutilar, deformar y confundir hormonalmente al cuerpo.
A continuación un caso muy muy extremo pero que ilustra con claridad el trauma de la preferencia de sexo opuesto por parte de los padres, en concreto aquí por la madre, agravado por el rechazo postnatal al hijo, con maltrato físico y psíquico reiterado durante la crianza:
“La señora Brudos quería tener una niña, pero nació Jerry, ninguneado por su madre, que se quitaba el zapato para zurrarle. A los cinco años, Jerry se escapó de casa y lo encontraron en un vertedero con un zapato izquierdo de señora en la mano: intentó después robarle el calzado a su maestra y, ya de adolescente, atacaba a las chicas para quitarles los zapatos. Se hizo electricista, se casó e inició una serie de cuatro asesinatos de jóvenes a cuyos cadáveres calzaba el pie izquierdo mientras se ponía su ropa interior. Murió de cáncer en la cárcel cumpliendo cadena perpetua. Bajo su camastro encontraron un montón de catálogos de zapatos de señora. Lo cuenta fascinado Carrisi, autor de Lobos.”
(Entrevista a Donato Carrisi por Lluis Amiguet en La Contra de La Vanguardia 14-10-2009)
Preferencia de sexo opuesto
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Rechazo natal por sexo opuesto
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Maltrato psicológico y violencia física durante toda la crianza
Aunque en esta historia faltan datos muy importantes, como por ejemplo, ¿qué pasa con el padre? ¿dónde está el padre?, porque familia es 3. No sería nada raro aventurar que quizás por parte paterna Jerry hubiera vivido también rechazo, maltrato o abandono, o los tres juntos, que tuviera una familia desestructurada con mucha violencia, incluso que su padre fuera ya un psicópata...
Pero con sólo esta poca información, toda esta violencia física y psíquica reiterada ejercida por su madre después de nacer quizá ya podría ser suficiente para forzar a Jerry a convertirse en un psicópata. O al menos queda claro que lo de zurrarlo con el zapato de influenciarle lo hizo... Ya que solamente con haber sufrido trauma prenatal o perinatal NO implica desarrollar ninguna psicopatía. Sólo falta observar la realidad: a ver quién es el iluminado que no ha sufrido absolutamente ningún tipo de trauma prenatal y perinatal en mayor o menor medida porque hubiera nacido de padres iluminados y perfectos, en una sociedad perfecta, en un mundo perfecto, en un universo perfecto. En el fondo, todos vivimos en shock. Sin pretender asustar a nadie, pero tampoco pintar los inicios de la vida de color de rosa; vivimos tiempos muy difíciles para venir al mundo, aunque haya mucha gente que diga que hoy los niños “lo tienen todo”, pues vaya mundo todo lleno de mierda que les estamos dando. La agresión al ser humano va en aumento y a niveles cada vez más violentos e irrespetuosos con el origen de la vida, la identidad humana y la familia.
Si la crianza es buena y los padres son responsables y amorosos pueden favorecer mucho el sano desarrollo del hijo aunque no se le ayude a sanar su trauma prenatal en concreto. Sentirse querido y aceptado por los padres aún después de haber sufrido una preferencia por el sexo opuesto antes de nacer, puede paliar mucho lo sucedido. Especialmente si los llantos y rabietas pueden ser acompañados con consciencia, contemplando y favoreciendo la posibilidad que el niño esté liberando el dolor de su trauma prenatal y perinatal de manera espontánea. No obstante quizá sí que todo psicópata tenga también algún trauma prenatal y perinatal en su triste historial de dolor causado por fuertes agresiones en su desarrollo temprano.
Shocks primales relacionados con la identidad sexual podrían ser el origen de una personalidad que autorrechaza su propio cuerpo e identidad sexual, en más o menos grado de intensidad. No es que la persona sea tonta y no sepa quererse; es que seguramente fue agredida en sus inicios de vida en forma de rechazo por su sexo y eso la ha traumatizado profundamente sin ser consciente de ello. Parece como si introyectando la agresión, la persona acabara por autoprovocarse el mismo tipo de rechazo que recibió en su pasado.
Si a este trauma psicológico se suma la propaganda de género y concretamente la moda transgénero, los incautos que vayan a caer en ella no van a vivir solamente una moda pasajera, por desgracia la van a tener que soportar por toda su vida. Lo extremadamente grave es que estas víctimas pueden ser todavía unos adolescentes o incluso unos infantes de preescolar. Afectar, entorpecer y agredir el natural desarrollo de la identidad sexual tanto de niños como de niñas es violencia sexual.
¿Dónde está la protección a la infancia? ¿Dónde está la preservación de la salud psicobiológica del ser humano en su etapa prenatal, perinatal, postnatal, temprana infancia y adolescencia? Jóvenes y adultos no están ni mucho menos fuera de peligro, pero cuanta menos edad más vulnerable está la persona.
Aparte de la propaganda en el exterior que puede motivar a los más jóvenes a querer emular a sus ídolos modernos, dar el paso final (la denominada “transición”, con su “terapia de sustitución hormonal” y su “cirugía de reasignación”) podría calar mucho más fácilmente en los niños que ya vivieron en su pasado algún trauma antes de nacer relacionado con su identidad sexual. Aunque los padres no sean conscientes pueden haber hecho daño a sus hijos sin pretenderlo.
¡Padres! Los hijos se deben querer tanto si son niños como niñas. Desear un hijo pero que sea de un sexo concreto hace mucho daño si ese hijo no es del sexo que estáis deseando. La paternidad sana exige apertura total al sexo de los hijos. Debe haber amor incondicional, aceptación total a la posibilidad que el hijo sea tanto niño como niña para respetar su identidad sexual y no entorpecer su delicado desarrollo psicofísico natural.
¡Maestros, educadores, profesionales de la salud! Estudiad la influencia de la vida intrauterina en el desarrollo de la personalidad. Esa parte que no os han enseñado en la universidad. Primero exploradla en vosotros mismos, investigad vuestra propia biografía más temprana, conoced de primera mano cómo ésta os ha influenciado para luego poder acompañar verdaderamente a vuestros alumnos o pacientes.
“¡Cuántas cicatrices necesitan una buena cirugía estética... psicológica!
Ésta sería necesaria para muchas personas
antes de que se plantearan la que modificará su físico.
¡Cuántas personas necesitarían, antes de arreglarse la nariz,
hacer renacer el recién nacido que llevan dentro!”
Dra. Claude Imbert
(L'avenir se joue avant la naissance, 1998)
El futuro se decide antes de nacer, 2004
Trauma prenatal y perinatal puede ser tan evidente como la violencia obstétrica o tan sutil como una simple preferencia de sexo opuesto por parte de los padres. Por eso es tan importante la sexualidad consciente y la paternidad consciente, porque si viene un hijo no deseado ya experimenta shock desde que es concebido.
Si es deseado pero a condición de que sea de un sexo concreto y el hijo resulta ser del otro sexo, los padres le están agrediendo en lo más hondo de su identidad sexual sin darse cuenta y sin querer hacer ningún daño. Pero el sistema promueve el sexo inconsciente, por mucho que lo denominen “educación sexual”, el objetivo es que sus ciudadanos sean unos buenos traumatizados de raíz, ávidos consumidores enganchados a las soluciones que les propongan desde fuera, a cuál más aberrante.
Sexo libre, lo llaman.
Como siempre, nombrando las cosas al revés para engañar y cachondearse del pueblo.
Sexo esclavo, es la triste realidad de hoy.
El verdadero sexo libre es el que se hace por Amor, porque el Amor es lo más libre que hay en este mundo.
Vivimos en una cultura huérfana de sentido. Ya no tenemos ritos de paso que nos guiarían en nuestro desarrollo natural como hombres y mujeres. No hay chamanes de los de antes que con su golpe de tambor te llevaban a cruzar una iniciación, a vivir una experiencia mística, al encuentro de tu espíritu interior, al regazo amoroso de la Madre Naturaleza para así retar el emerger de tu masculinidad o de tu feminidad divinas.
Hoy sólo hay escuela, escuela y más escuela. Niños obligados a quedarse en sillas delante del gurú Google, tragando propaganda del sistema. A los más tocados quizá se les lleven unos adultos, pero no serán ni chamanes ni llevarán ningún tambor; llevarán una bata blanca y a golpe de bisturí y de pastilla no procurarán alentar la expresión de su masculinidad o su feminidad natural, sino que se la borrarán del mapa.
Antes el chamán junto a otros hombres fuertes y sabios se llevaban de aventura a los varones más jóvenes de la tribu para iniciarlos en su nueva etapa y dejar atrás la infancia. Les hacían pasar por muchas pruebas difíciles, para encontrarse con peligros y así motivarlos a sacar su valentía y desarrollar ingenio y destreza para superarlos. Les acompañaban a conectar con su espíritu interior, a conocer las fuerzas de la Naturaleza, a leer sus señales para poder moverse seguros en ella. Se iban niños y volvían hombres, jóvenes guerreros, con un divino masculino exhuberante y esplendoroso. Habían crecido en responsabilidad y madurez, estaban preparados para proveer de sustento a los suyos y totalmente dispuestos a defenderse a sí mismos, a su familia y a toda la tribu de cualquier mínimo ataque.
Antes la chamana junto a otras mujeres sabias se llevaban a las niñas en su primera menstruación. Las instruían en los secretos del mundo interior femenino, de su sangre y de sus movimientos cíclicos vinculados a los movimientos de la Naturaleza. Conocían los remedios naturales, aprendían sobre su cuerpo, cómo cuidarlo y cuidar de otros. Conectaban con su sensibilidad profunda y su intuición y celebraban con liberadores cantos y serpenteantes bailes el sensual desarrollo de su sexualidad y el placer de amarse y saber amar. Se iban niñas y volvían mujeres. Habían sido bendecidas con la fertilidad y estaban dispuestas y preparadas con todo el calor y cariño para ser madres y criar unos hijos sanos e íntegros dignos para llevar la tribu adelante. En esas jóvenes la Diosa había despertado con fuerza; encarnaban poderosas la energía de La Madre por lo que era motivo de alegría y gran festejo por toda la comunidad entera.
Tenemos que recuperar esa sabiduría, adaptada al siglo XXI, enriquecida con los conocimientos más valiosos que hemos podido descubrir, que los hay, y que en esas tradiciones no se conocían, pero esa sabiduría. Porque de seguir así estamos yendo al desastre completo.
El sexo de cada persona es el acertado.
Se nace con el cuerpo correcto, aunque a veces una simple y aparente inofensiva preferencia parental por el sexo opuesto puede bloquear la fuerza vital del hijo si no es de ese sexo deseado, y dificultar que se desarrolle como un ser integral, sano, unificado de cuerpo-alma. Por lo que será más sensible y vulnerable a las agresiones externas que incidan justamente en esa área donde la persona ya tiene una profunda herida.
Si estás leyendo esto y eres una madre o un padre que desgraciadamente ha vivido estas circunstancias con su hijo, con solamente estar tomando consciencia de esto ya le estás ayudando. Ahora puedes comprender mejor el origen real de sus sentimientos de autorrechazo. Sólo esto ya derrumba barreras de autodefensa e incomprensión, y abre la puerta al perdón y a la sanación. Si crees que lo necesitas, pide ayuda a un profesional de tu confianza que os guíe en el acompañamiento de vuestro hijo para poder sanar su trauma prenatal y perinatal apoyando a toda la familia.
Que los “expertos” que afirman que haya personas que “nacen con el cuerpo equivocado” o que “el sexo se asigna al nacer”, lo demuestren científicamente. Porque con estas patrañas de creencias pseudocientíficas, sin argumentos reales, han abierto la puerta a la violación de los cuerpos y las identidades sexuales de la gente, especialmente gravísimo en adolescentes y niños pequeños.
Ser hombre o ser mujer es el misterio del autoconocimiento...
¿Qué es en verdad ser hombre?,
¿Qué es en verdad ser mujer?
Confía en la Naturaleza. Aprende de tu cuerpo.
Sana tu trauma, acoge a tu bebé herido.
Siente su dolor, empatiza con él,
que se sienta acompañado, visto, comprendido, amado.
Que pueda llorar entre tus brazos,
que pueda verbalizar lo que entonces no pudo.
Sed uno, libres de dolor.
No te mutiles y no permitas a nadie que lo haga por ti.
Eres un ser hermoso tal y como eres.
Si has nacido hombre, eres hermoso.
Tu masculinidad es hermosa.
Recupera tu fuerza masculina
desde el respeto y la sensibilidad
hacia ti y hacia los otros.
Si has nacido mujer, eres hermosa.
Tu feminidad es hermosa.
Recupera tu fuerza femenina
desde el respeto y la sensibilidad
hacia ti y hacia los otros.
Somos poderosos tal y como somos naturalmente;
sin cambios de sexo,
sin artilugios ni inoculaciones transhumanistas.
¡Arriba Humanidad!
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*Apuntes para la formación de un educador sensible a su biografía prenatal, artículo publicado de Lídia Estany, autora del blog La Vida Intrauterina. Este trabajo forma parte del libro colectivo Educación Prenatal y Pedagogía Prenatal: Nuevas perspectivas para la investigación, la enseñanza y la formación (2018).
