"Ser concebidos con la intención
y el deseo incondicional de nuestros padres
para ser queridos sin condición, sin preferencia de sexo,
con nuestros derechos, nuestras capacidades
y con el sentimiento de que nuestra vida está protegida.
2
Ser concebidos para acompañarnos en nuestra evolución,
ayudarnos a ser nosotros mismos
para expresar todas nuestras potencialidades.
3
Estar unidos a nuestro padre y a nuestra madre
e informados desde el principio por la comunicación mental y verbal,
como si fuéramos personas completamente formadas,
a través de palabras sencillas, las del corazón,
para que nos tengan al corriente
de los acontecimientos a los que se enfrentan
y nos confirmen su amor.
4
Ser imaginados, visualizados, oídos y
sentidos por nuestra madre y nuestro padre,
conscientes de la persona física, psíquica
y espiritual en desarrollo que somos.
5
Evolucionar en la presencia inagotable de las energías
de deseo y de amor de nuestros padres
a lo largo de todo el embarazo así como después.
6
Ser concebidos en el amor recíproco de nuestros padres
para poder construir en armonía nuestras dos polaridades Yin y Yang.
7
Ser concebidos por padres libres de las proyecciones de su pasado,
que hayan reflexionado sobre ellos mismos en terapias breves,
si es posible antes de nuestra fecundación,
y que estén informados de manera sencilla sobre psicología
y sobre nuestras necesidades básicas
para acompañarnos en un 'nuevo nacimiento'.
...por todo esto, gracias."
Dra. Claude Imbert,
Editorial Desclée de Brouwer
(extracto de pág. 327)
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