“En ningún caso he
leído nada
sobre los derechos del bebé.
Seamos claros: el bebé no cuenta
para las nuevas situaciones que la ciencia
y la tecnología permiten.”
sobre los derechos del bebé.
Seamos claros: el bebé no cuenta
para las nuevas situaciones que la ciencia
y la tecnología permiten.”
Agustín Álvarez
Recomendamos la lectura del artículo “Vientres
de alquiler”: La mercantilización de la p/maternidad..., de
Agustín Álvarez en la revista The Ecologist nº48 (enero 2012) "La r-evolución calostral ha empezado". A continuación unos extractos:
“Los 'vientres
de alquiler' aumentan. Son, en buena medida, el capricho de
personas que quieren saltarse las leyes de la Naturaleza. A los bebés
se les niega el derecho de crecer con la mujer que les llevó en sus
entrañas, fuera con óvulos propios o ajenos. A la 'portadora'
se le paga y se le quita a su bebé. Las agencias intermediarias y
las clínicas se forran con un negocio que es legal en algunos
estados, pero completamente ilícito desde el punto de vista ético y
moral.”
“En Internet, un portal que habla de
casos de maternidad subrogada en Ucrania, hemos leído esto: “Uno
de esos ejemplos es el de Zinaída. Ella actuó como madre de
alquiler. Tras juntar el material biológico de los padres, los
médicos implantaron un embrión en su cuerpo. Esta madre de dos
hijos no esconde cuáles eran sus verdaderas motivaciones: 'Me
animé a prestarme como madre de alquiler porque necesitamos una
vivienda. Era imprescindible para nosotros. Actualmente estamos de
alquiler. Y es absolutamente irreal comprar una casa, con los precios
que hay ahora en el mercado', dice Zinaída, madre de alquiler.
Pero lejos de tener ahora un nuevo apartamento, Zinaída lo que tiene
es un hijo más. Los padres que alquilaban su vientre en realidad
tenían dos opciones más. Cuando se enteraron que había otra madre
con gemelos, le pidieron a Zinaída que abortara. Ella se negó. 'El
padre biológico se dejó caer en una silla enfrente de mí y casi
riéndose me dijo: 'No lo entiendes. No te necesitamos ni a ti ni a
tu niño', cuenta Zinaída.”
Agustín Álvarez
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