Con
el paso del tiempo se va conociendo más, por ejemplo, que es
violencia hacia un recién nacido cortarle el cordón umbilical
¡mientras sigue latiendo! y separarlo de su madre, procedimiento que
no hace tantos años era algo completamente “normal”, incluso hoy
para algunos todavía lo sigue siendo... La madre -y no el padre,
ojo- es el hábitat del bebé y por lógica, es quien le debe brindar
el cuidado natural piel con piel, aunque obviamente el bebé necesite
recibir el amor de ambos progenitores. Pero lo que todavía no se
sabe tanto es que también es violencia separar al embrión del
útero de su madre, porque el bebé recién concebido, sí,
también necesita su 'piel con piel'. El hábitat del
cigoto son las entrañas de mamá. ¿Cómo no va a pasar nada si
se separa al cigoto del cuerpo de su mamá? ¿Cómo no le va a
importar a un embrión preanidatorio ser arropado por una cubeta de
vidrio, acariciado
por una aguja de última generación o abandonado en una cuna frigorífica para crecer fuerte y sano? ¿Cómo no le va a afectar a un recién concebido que le desgarren cruelmente de la protección, cuidado y sustento del cuerpo y espíritu santo de su querida mamá?
por una aguja de última generación o abandonado en una cuna frigorífica para crecer fuerte y sano? ¿Cómo no le va a afectar a un recién concebido que le desgarren cruelmente de la protección, cuidado y sustento del cuerpo y espíritu santo de su querida mamá?
Es
violencia que un bebé no pueda nutrirse de leche materna al
calorcito del pecho, la suave piel y dulces caricias de su mamá, en
un intercambio íntimo único psicobiológico que sustenta la salud
de ambos. El bebé necesita a su mamá físicamente y en calidad, que
pueda nutrirle en TODOS los niveles
físico-emocional-psíquico-espiritual; o sea, en atención plena.
¿Es esto lo que alienta el modo de vida del supuesto “progreso”?.
Pero es que también es violencia que un cigoto empiece su vida
lejos de la nutrición uterina de su madre y del amor, protección y
comunicación de su padre, siéndole robado el intercambio
holístico con las dos personas a quienes más ama y de las que más
depende. Se ha comprobado a nivel
bioquímico que la comunicación madre-hijo, el
famoso “vínculo madre-hijo”, ¡empieza en la concepción!.
¿Por qué esta información no es de dominio público? ¿Qué
intereses hay para restarle humanidad al bebé recién concebido?
¿Quién tiene vía libre para hacer lo que le dé la gana y lucrarse
gracias a la despersonalización del cigoto?
Es
violencia que no se respete la sexualidad natural del parto y las
necesidades de la pareja que van a dar a luz: de intimidad, de
silencio, de respeto, de escucha, de apoyo...... Así como también
es violencia que no se respete la sexualidad natural de la concepción
y se haya llegado a secuestrar de sus hábitats al óvulo y al
espematozoide forzándolos a unirse en territorio desconocido y
hostil, profanando la raíz del mismo sentido de la vida, robándoles
su sagrada danza nupcial,
desgajándolos del hábitat de unión amorosa sexual entre un hombre
y una mujer abiertos a recibir y cuidar del milagro de una nueva
vida. Es violencia impedir que una nueva persona pueda recibir la
divina bendición de venir al mundo gracias al acto sexual amoroso de
sus padres. Porque ésas van a ser sus circunstancias originales,
ése va a ser su punto de partida para crecer, ésa va a ser su
impronta, su primera bienvenida al mundo, su referencia básica, se
va a ordenar, organizar y va a desarrollar su personalidad en torno a
ese principio.
Cada célula de su cuerpo va a recordar,
sin duda, quién es su madre y quién es su padre, por mucho que esto
se quiera esconder, manipular y tergiversar para engañar y hacer
mucho daño a tanta y tanta buena gente, jugando sin escrúpulos con
sus ilusiones más profundas. Está también demostrado que cada
célula de nuestro cuerpo guarda la memoria del cigoto, y
por tanto de ese óvulo y de ése espermatozoide y como consecuencia
de sus dueños, y de todas las mamás y todos los papás del árbol
genealógico de cada uno. No se puede borrar al padre biológico, ni
a la madre biológica, ni a la madre uterina, ni a la madre de leche,
ni a la madre cuidadora, ni al padre cuidador, ni.... simplemente
¡porque forman parte de la esencia del hijo!. ¡Pero qué problemas
tan graves nos vemos teniendo que encarar ahora! ¿Quién se
atrevió a repartir en diferentes personas un mismo rol? ¿Quién
dividió en pedacitos la maternidad y la paternidad y los vendió a
terceros? ¿Quién osó perturbar el sabio curso de la Naturaleza?
Para
cambiar el mundo no sólo se necesita cambiar la manera de
nacer... también se necesita cambiar la manera de concebir...
porque lo que ocurre antes de nacer es todavía más nuclear, más
determinante y mucho más grave, que ya es decir. No se trata de un
tema mecánico o acrobático... es un tema de consciencia, de
cultura, de valores, de integridad... El nacimiento es lo
visible... la concepción está en el reino de lo invisible, del
misterio, de la magia... y así debería continuar... porque así
permanece Protegida, así permanece Salvada, Pura, Virgen... El acto
sexual amoroso entre un hombre y una mujer en matrimonio es el nido
perfecto para acoger una nueva alma en paz, saludablemente... ¿Qué
bienvenida estamos promoviendo con las Técnicas
de Reproducción Asistida, con la
cultura de los anticonceptivos,
con la promoción del sexo con
objetos, o con cualquier ideología
que deshumaniza
y que altera la imperiosa necesidad
de ser concebido-gestado-parido-nutrido-criado por los propios
progenitores amándose para-siempre?. ¿Cómo
se puede perturbar tanto un acto tan íntimo y sagrado como la unión
sexual entre un hombre y una mujer? Quizá deberíamos prestar más
atención a lo que les ocurre a los óvulos y los espermatozoides....
más que nada porque vendrían a ser como los ladrillos de nuestro
cuerpo físico, el cigoto, nuestro primer aspecto físico en nuestro viaje por la Vida... Y quizá podríamos tomar de ellos como modelo uno de los
gestos que me parecen más hermosos de toda la existencia: el
amor incondicional para-siempre
que se entregan mutuamente y en igualdad un óvulo y un
espermatozoide. Quizá el amor
romántico de los cuentos de hadas no sea tanto cuento... a lo mejor se pudiera
referir a algo muy real... algo que guardamos en lo más recóndito
de nuestro
interior... en cada una de
nuestras células... y en nuestro corazón... Quizá vaya siendo hora
de recordar nuestro Origen...
Lídia Estany Estany
Autora del blog La Vida Intrauterina
Los
medios de "información" preocupándose e invirtiendo sus esfuerzos en que estemos “bien informados” y tomemos como normal lo anormal; también es violencia ser engañados... |