“No hay más que la ondulación creativa de la vida
que se despliega y se repliega.”
“Vosotros creáis el mundo que os rodea:
mediante la expansión, estasis y comunión
con el universo que hay alrededor;
y la contracción, estasis y comunión
con vuestra individualidad interior.”
Barbara Ann Brennan
"La mayoría de nosotros no concedemos tiempo suficiente a la parte de estasis de nuestra ondulación creativa. Existen dos fases en la parte de estasis de la ondulación creativa: la parte previa a la expansión, cuando estamos contraídos y fusionados con nuestro ser más profundo, y la parte posterior a la expansión, cuando estamos extendidos y fusionados con otro.
En la primera fase, necesitamos un tiempo de soledad tranquila para integrar quienes somos con aquello que hemos creado en el pasado. Debemos estar solos para encontrarnos, para estar con nosotros mismos sin hacer nada. Este tiempo de concentración es un período de acumulación de energía sin hacer nada.
En el segundo tipo de estasis, necesitamos tiempo para estar con otros de formas silenciosas, no verbales, de suerte que podamos experimentar el prodigio del otro. Podemos hacer esto de muchas maneras, como estar en parejas de interacción silenciosa o en una meditación en grupo, simplemente estando juntos sin tener que hacer nada.
En realidad, a la mayoría de nosotros nos gusta la parte expansiva de la ondulación creativa. Gozamos de la enorme cantidad de energía saliente al exterior, y nos sentimos estupendamente. Nos encanta salir de aventura al mundo para aprender. Nos resulta estimulante asistir a talleres, tomar clases o pintar un cuadro. Nos sentimos importantes cuando miramos en el espejo creativo que nos refleja cuando accedemos al estado de estasis desplegada que sigue a una expansión. Queremos permanecer allí para siempre, y nos resistimos a alterar ese estado.
Nos resistimos a regresar abajo y hacia dentro. Pero es importante recordar que debemos dedicar el mismo tiempo y la misma atención a la fase de contracción del impulso creativo y al vacío silencioso de la fase de profunda estasis interna que sigue a la contracción. A muchos de nosotros no nos gusta la contracción. Muchos de nosotros nos inquietamos después de un gran proyecto expansivo y nos deprimimos una vez terminado. Esto se debe a que muchos de nosotros no entendemos la contracción natural del proceso creativo, no sabemos honrarla y saborearla al máximo.
La fase del principio creativo en la que nos replegamos o contraemos al interior del ser es aquella a la que más nos resistimos porque en esta etapa suelen evocarse sentimientos negativos hacia nosotros mismos. Deje que le explique el porqué.
En la fase de expansión, una gran cantidad de energía se desplaza a través del cuerpo y el sistema energético. Esa poderosa energía empieza a aportar luz a nuestros bloqueos energéticos oscuros y estancados, y esa luz les restituye vida y conciencia. A consecuencia de ello, esa energía estancada se desbloquea y empieza a moverse. Entonces experimentamos esa energía-conciencia como una parte del proceso de curación o iluminación. Para decirlo de un modo más sencillo, en la fase de expansión estamos impregnados de nuestro nuevo conocimiento y nuestras nuevas creaciones. Pero a la luz de ese conocimiento nuevo también vemos nuestros defectos con más claridad. No pasa nada mientras nos concentremos en el espejo de nuestras nuevas creaciones, pero cuando nos contraemos nuestra concentración se vuelve hacia dentro. Entonces vemos defectos que quizá no habíamos detectado hasta ese momento. El problema es que empezamos a juzgarnos y rechazarnos por lo que ahora podemos ver y sentir. Esas valoraciones acrecentan los sentimientos negativos hacia nosotros mismos, y no queremos experimentarlos.
"Cisnes", M.C. Escher |
En consecuencia, no queremos estar presentes en la oscilación cuando ésta se repliega hacia nuestro interior a través del segundo nivel del campo, donde existen los sentimientos hacia nosotros mismos. Así pues, nos resistimos a la contracción. Tratamos de detener el impulso de repliegue de la ondulación, o nos apeamos de él, con lo que interrumpimos el proceso creativo. Para hacer esto, nos desconectamos de lo que hemos creado. O lo desechamos devaluándolo, o bien nos deshacemos de ello argumentando que lo creamos para otra persona. Con el tiempo, incluso empezamos a creer que hicimos la creación para otro y no para nosotros mismos. Es como si considerásemos que está mal crear algo para nuestro propio deleite, como si no beneficiara a otros. Esto nos causa más dolor.
La razón por la que muchos de nosotros evitamos crear es que no sabemos culminar el proceso creativo devolviendo aquello que hemos creado a nosotros mismos para felicitarnos por nuestro logro. El proceso de honrarnos y felicitarnos es el proceso de mirarse en el espejo reflector de manifestación para poder identificar lo divino individual que llevamos dentro. Es una fase muy importante del proceso creativo. Debemos aprender a experimentar una contracción de una forma positiva.”
“Sanar y estar sano implica tomar conciencia de nuestra oscilación creativa y permanecer en ella. Exige estar presente en el momento de repliegue. Requiere ser quienes somos en cada momento del tiempo.”
“La contracción es la entrada al ser, el acceso a la sabiduría que ha estado allí siempre.”
Barbara Ann Brennan
Manos que curan II: Hágase la luz,
ediciones Martínez Roca
(Extractos págs. 320-324)