La experiencia de venir al mundo
acompañado de un gemelo o mellizo pero que de pronto el otro se
muere y uno no puede hacer nada para ayudarlo, y encima, nadie más
se está enterando para poder acompañar el duelo y poder más
adelante comunicarle al sobreviviente que en realidad es gemelo de
útero, provoca un sufrimiento indescriptible que requiere una
profunda terapia de sanación del periodo prenatal y perinatal para
ir al reencuentro y liberarse de esa huella dolorosa aunque quizá
todavía escondida.
Pero ¿qué ocurre con el cuerpo del
bebé prenatal muerto? Éstas son algunas de las consecuencias
físicas que la muerte del gemelo produce en el cuerpo del
sobreviviente si ésta se produce dentro de las primeras 8 semanas de
la organogénesis:
La placenta no es el llamado “pastel
de la madre”... No es ningún “pastel” comestible ni ninguna
“galleta” ni tiene una especie de cartel con un eslogan
anunciando por ejemplo“¡Cóme-te-pizza!”... Cuanta aberración maquillada de
ciencia, de cultura, de moda... sustentándose en esta errónea
interpretación... Cuanta locura. Cuanto sufrimiento. Cuanta muerte. Cuanta tortura. Nuestro mundo sangra sin reposo... Como el desgarro en el corazón que sufre un recién nacido al sentir violentamente su cuerpo desgajado en pleno proceso de nacimiento...
¡La placenta no viene de la madre! ¡La placenta no es un órgano secundario del bebé! ¡La placenta ES también el bebé durante su fase prenatal!!!!!!!!!!
“El cuerpo tiene 2 orientaciones”.
(En la placenta) “ahí vives, ahí respiras, ahí te enraizas”. Dr. Jaap van der Wal
Cada uno de nosotros también fue su placenta durante los 9 meses antes de nacer y durante el tiempo después de nacer que estuvo unido a ella, porque cada persona inicia su vida como cigoto en la concepción, y la placenta surge de esta primera unidad.