A veces la verdad es tan dura que creemos que es mejor esconderla para no herir con ella a los otros.... Pero está demostrado que es tremendamente más sano conocer la verdad para poder gozar todos de salud y vivir en un mundo más humano. LaVidaIntrauterina recupera esta noticia escrita valientemente por M.Àngels Claramunt y publicada en el blog El Parto Es Nuestro el pasado 16 de diciembre de 2011, "Nacer y morir no es tan distinto":
"Hace un par de años asistí a un seminario de muerte perinatal; durante una de las sesiones una enfermera planteó una pregunta que me dejó KO y aún me afecta muchísimo cada vez que me viene a la mente. Nunca se me había ocurrido pensarlo, pero es “de lógica” tal como están las cosas en cuestiones de asistencia a la muerte gestacional- perinatal.
Aviso: creo que lo que voy a contar necesita el cartel de “esto puede herir su sensibilidad”. Lo digo en este punto por si queréis dejar de leer ahora.
Esta enfermera explicaba que cuando se produce el nacimiento de un bebé no viable fuera del útero, sea por razones de problemas congénitos o por prematuridad, el bebé generalmente no nace muerto, sino que vive durante un tiempo, que varía de un bebé a otro. Este tiempo lo pasa solo, desnudo, encima de un mármol, hasta que muere. La chica explicaba que ella iba yendo a ver si ya se había producido el desenlace o aún no y que era duro y que no sabía qué se tenía que hacer. Y lo comentaba porque la última vez que le pasó, el bebé tardó especialmente, un rato muy largo, en morir, buffff… Yo no podía aguantarlo. Y ahora me cuesta escribirlo…
También he conocido la otra cara de la moneda. Hace poco, supe de unos padres a quienes informaron de que su bebé no sobreviviría fuera del útero y aun así decidieron seguir con el embarazo. Buscaron un lugar respetuoso y cuando el bebé nació, estuvo acurrucado en los brazos de su madre hasta que murió. Papá y mamá le hablaron, le acariciaron y le contaron muchas cosas: cómo se conocieron, cómo se amaban y cuánto le amaban a él, su primer hijo, que si tenía que irse que se fuera tranquilo, que siempre lo recordarían y amarían. Fueron dos o tres horas, creo. Para ellos fue muy importante poderse despedir de ese modo, ni me imagino para el bebé o para cualquier persona moribunda: estar en una compañía amorosa y cercana. Entrar y salir de este mundo no debe de ser tan distinto. Papás, mamás y bebés, sea en la situación que sea: QUE NO OS SEPAREN, nunca.
un abrazo"
Fuente y comentarios: http://blogelpartoesnuestro.com/2011/12/16/nacer-y-morir-no-es-tan-distinto/
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